Washington, 17 ago (Prensa Latina) Un equipo de seguridad fue asignado a Kimberly Cheatle debido a las continuas amenazas de diversa índole que recibe hoy la exdirectora del Servicio Secreto de Estados Unidos.
Cheatle, quien renunció a cargo el mes pasado tras una audiencia en el Congreso, así como varios miembros de esa agencia federal han sido objeto de intimidaciones luego del intento de magnicidio del expresidente y candidato republicano, Donald Trump, el 13 de julio mientras participaba en un mitin electoral en Butler, Pensilvania.
No es usual que antiguos o actuales directores del Servicio Secreto tengan un dispositivo de protección, pero en ese caso el paso se dio también tras las fuertes críticas por la actuación de la agencia el día del tiroteo donde Trump fue herido en la parte superior de su oreja derecha.
Durante la semana que concluye también trascendió en la prensa que el cuerpo del tirador de 20 años Thomas Matthew Crooks, quien intentó asesinar a Trump, fue cremado antes de ser investigado.
El republicano de la Cámara de Representantes Clay Higgins subrayó en un informe que su «esfuerzo por examinar el cuerpo de Crooks el lunes 5 de agosto causó mucho revuelo y reveló un hecho inquietante: que el FBI lo liberó para su cremación 10 días después (del 13 de julio)».
Según apuntó, el 23 de julio el cuerpo desapareció sin que nadie lo supiera. «Nadie lo sabía hasta el lunes 5 de agosto, incluidos el forense del condado, las fuerzas del orden, el sheriff, etc.», subrayó Higgins.
El forense del condado técnicamente tenía autoridad legal sobre el cuerpo, aunque Higgins en su informe dice que el trámite de entrega a la familia de Crooks no pudo realizarse sin un previo permiso del FBI.
Al propio tiempo el congresista señala a los agentes del FBI por borrar toda la evidencia biológica de la escena del crimen, lo que sería «una obstrucción a cualquier esfuerzo de investigación posterior».
«El problema para mí es que, al no ser capaz de examinar el cuerpo, no sabré al 100 por ciento si el informe del forense y el de autopsia son exactos. De hecho, nunca lo sabremos», concluyó.
La víspera salieron a la luz nuevos registros sobre el plan de seguridad que se coordinó antes del mitin de Pensilvania, en el que salió a relucir un correo electrónico del sheriff del condado de Butler, Michael Slupe, en el que escribió: «Va a ser un circo allí. (…) No hay suficiente espacio para la multitud que creo que asistirá».
Días antes del evento, el comisionado del condado Kevin Boozel envió un mensaje de texto a los demás comisionados y a Slupe especificando que quería dejar constancia de que se necesitaría un contrato, ya que los servicios de aplicación de la ley proporcionados por la oficina del sheriff podrían ser impugnados como un gasto de campaña.